jueves, 10 de abril de 2014

Proclama 10 de abril

A 95 años del sacrificio de Zapata las y los campesinos y consumidores que hoy ocupamos el puente internacional de Córdova-Américas reivindicamos las banderas justas del Caudillo del Sur y también del Centauro del Norte, Francisco Villa. En este momento histórico clamamos por “La defensas de los territorios Indígenas y Campesinos y la producción de alimentos sustentables, sanos, suficientes, nutritivos y de calidad para todos los Mexicanos”.

      Porque la propiedad social de la tierra, la de las comunidades indígenas y los ejidos vuelve a estar amenazada por quienes desde las cúpulas del Estado y del dinero quieren volver a reformar las leyes agrarias para consumar el despojo, mediante la privatización y la concentración de la tierra en una cuantas manos de terratenientes urbanos y rurales.
      Porque no sólo es la tierra, es el territorio con todo lo que lo compone: agua, bosques, pastos, paisajes, recursos del subsuelo, lugares rituales, sitios históricos, lo que pretenden convertir en mercancía para beneficio de unos cuantos y perjuicio de nuestras comunidades y de todos los seres vivos que las habitan. Pretendiendo las empresas trasnacionales desarrollar mega proyectos mineros, turísticos eólicos y extractivitas que propician la desintegración de los pueblos, amenazas y muertes de los defensores de derechos humanos que se oponen a la contaminación de los recursos naturales y el despojo.
      Porque la ambición de las trasnacionales del agronegocio y del poder político sometido e instrumento de ellas se ha ido adueñando de toda la cadena agroalimentaria amenazando seriamente la alimentación de nuestro pueblo, la subsistencia de las familias productoras y la sustentabilidad de los recursos naturales. Desde la semilla que se siembra hasta el alimento que llega a nuestras mesas es ahora objeto de despojo, especulación y lucro.
      Porque es necesario que el Estado obedezca a la sociedad y ponga un alto a la sobreexplotación de mantos acuíferos, espejos y corrientes de agua, pastizales, bosques, biodiversidad; para garantizar la producción sustentable de alimentos.
      Porque es urgente que haya organismos públicos que produzcan las semillas criollas en suficiencia y en calidad para reforzar la capacidad productiva de las familias campesinas y corten de tajo todos los intentos por invadirnos de las genéticamente modificadas.
      Porque es necesario que se constituya una Empresa Publica que sea competidora y reguladora del acopio, la comercialización y la venta al menudeo en beneficio de productores y consumidores.
      Porque es necesario que el financiamiento público debe llegar a la agricultura campesina, familiar e indígena, ahora excluidas prácticamente de él y se dirija sobre todo a la producción de alimentos básicos y estratégicos.
      Porque la alimentación del Pueblo de México es casi en su totalidad rehén de las empresas trasnacionales y de los coyotes que con sus mecanismos de intermediación y acaparamiento secuestran la producción nacional y pagan a los productores precios por abajo del costo de producción.
      Porque los mecanismos de intermediación y de coyotaje de este puñado de empresas privilegiadas por el financiamiento público y la información que les otorga el gobierno han encarecido la canasta básica cuatro veces más que el promedio de la OCDE.
      El gobierno debe fincar responsabilidades penales a todos los que especulan con los alimentos saqueando el ingreso de los productores y abusando de los consumidores.
      Porque utilizando el TLCAN en su provecho empresas como Cargill, Grumma, Lala y los gigantes de las centrales de abasto, compiten deslealmente y derrumban nuestra producción con alimentos de baja calidad importados a bajo precio de los Estados Unidos.
      Porque las grandes empresas procesadoras de alimentos han inundado el mercado mexicano con comida chatarra, cara y de pésima calidad nutritiva, arruinando la salud del Pueblo de México, disparando los índices de sobrepeso, obesidad y diabetes sobrecargando al sistema público de salud al que tienen al bordo del colapso.
      Porque no existe mecanismo público alguno –es decir, del gobierno y de la sociedad- que constituya y maneje reservas estratégicas de alimentos básicos, que estén más allá de las fluctuaciones del mercado y nos den la soberanía alimentaria.
      Porque las empresas públicas productoras de energéticos como CFE y PEMEX funcionan como si su único objetivo fuera el lucro y no impulsar el desarrollo nacional basado en la producción de alimentos sanos y accesibles para todos.
      Porque la alimentación es un derecho humano constitucionalizado y consagrado en diversos tratados de derechos humanos que el Estado mexicano está obligado a garantizar, tratados que tienen una jerarquía especial aún por sobre otros tratados como los comerciales. En donde la Cruzada Nacional contra el Hambre ha sido incapaz de garantizar el derecho humano a la alimentación.
      Porque es nacional e internacionalmente sabido que las personas que más sufren la pobreza son las mujeres, niños y niñas, indígenas y otros sectores sociales en situación de vulnerabilidad.
      Porque con la reforma energética pretenden, por medio de la técnica de la fractura hidráulica (fracking), extraer el gas shale, generando una contaminación de los mantos acuíferos y utilizando los escasos recursos hídricos para desarrollar estos proyectos de empresas trasnacionales.


POR TODO ESTO OCUPAMOS EL PUENTE INTERNACIONAL Y LLAMAMOS A TODOS LOS PRODUCTORES Y SUS ORGANIZACIONES, A TODOS LOS CONSUMIDORES, A TODO EL PUEBLO DE MEXICO A CONSTRUIR DESDE ABAJO UN GRAN ACUERDO NACIONAL ALIMENTARIO Y NUTRICIONAL QUE EXIJA LA INTERVENCION DEL ESTADO PARA APOYAR LOS ESFUERZOS DE PRODUCTORES Y CONSUMIDORES PARA TENER ALIMENTOS SANOS, SUFICIENTES Y VIDA DIGNA PARA TODOS Y SUSTENTABILIDAD PARA NUESTRA MADRE NATURALEZA.



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